La amniocentesis es un procedimiento que se realiza en las embarazadas mediante la introducción de una aguja hueca para llegar a la matriz a través de la pared abdominal para extraer líquido amniótico del saco vitelino. Posteriormente se realizan análisis de este líquido y células.
Como no es un procedimiento agresivo no precisa de preparaciones o estudios previos, solo es necesario tener la vejiga urinaria llena para tener mejor visión con el ecógrafo.
En primer lugar mediante la ecografía se sitúa el feto y se puede ver donde está el saco vitelino con el líquido amniótico.
Tras esterilizar la piel del abdomen, y con una pequeña anestesia local para la piel, se introduce una aguja larga y hueca a través del abdomen dentro de la matriz. Al estar el final en el saco vitelino con el líquido amniótico se aspira una pequeña cantidad de líquido (la cantidad depende de la semana de gestación).
Cuando se aplica la anestesia local se puede sentir el pinchazo en la piel, al penetrar la aguja en la matriz se puede volver a notar un dolor, no intenso, en la zona. Al terminar el procedimiento se puede sentir cierta sensación de opresión abdominal y calambres, sin gran intensidad.
En el estudio de los componentes del líquido y de las células del líquido amniótico se pueden detectar la presencia de problemas en el feto:
Se puede esperar que el estudio cromosómico sea normal.
Que no exista elevación de alfa fetoproteína ni bilirrubina.
Siempre puede existir una pequeña posibilidad de que el feto sufra una infección o lesión.
El aborto por la amniocentesis es un riesgo muy remoto.