La linfocitopenia o linfopenia consiste en el la disminución de los linfocitos presentes en la sangre por debajo de los valores considerados como normales.
Los glóbulos blancos, también denominados leucocitos, se agrupan en leucocitos polimorfonucleares (neutrófilos, eosinófilos y basófilos) y mononucleares (linfocitos y monocitos).
Los linfocitos representan entre el 20 y el 40% del total de glóbulos blancos y su función principal es la defensa del organismo destruyendo células anormales y creando anticuerpos contra determinados antígenos (moléculas extrañas al organismo como virus y bacterias).
Los valores normales de linfocitos se muestran en la siguiente tabla en función de la edad.
Recién nacido | 3000 a 6000 por mm3 |
A los 10 días | 3000 a 10000 por mm3 |
A los 2 años | 3000 a 10000 por mm3 |
A los 5 años | 2000 a 8000 por mm3 |
A los 10 años | 1600 a 6000 por mm3 |
Hombre adulto | 1000 a 4000 por mm3 |
Mujer adulta | 1000 a 4000 por mm3 |
En los adultos se considera que se padece linfocitopenia cuando el recuento de linfocitos en sangre es inferior a 1000 por mm3 de sangre.
Los linfocitos bajos pueden ser una respuesta temporal a una infección o un síntoma de enfermedades graves como el VIH o algún tipo de cáncer. Suele ser un hallazgo frecuente en ancianos.
Entre las principales causas para encontrar valores anormalmente disminuidos de linfocitos se encuentran:
Además existen una serie de desórdenes genéticos que pueden provocar linfocitopenia:
Si la linfopenia se ha producido por la ingesta de algún medicamento suelen recuperarse los niveles normales de linfocitos al cesar su consumo. Si la reducción es producida por radioterapia o quimioterapia suelen aumentar los niveles cuando se detiene el tratamiento.
Si se produce por una causa genética el trasplante de médula ósea puede ser una alternativa.
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