El sarcoma de Kaposi es un tipo de cáncer de los vasos sanguíneos que afecta a la piel, mucosas, ganglios linfáticos y diferentes órganos (fundamentalmente piel, pulmones y aparato digestivo). Se ha relacionado estrechamente con el VIH.
El origen es el virus del herpes humano tipo 8 (VHH-8), que se ha encontrado en todas las lesiones producidas.
La gran mayoría de las personas infectadas por este virus no suelen desarrollar la enfermedad. Tienen más riesgo de desarrollarla aquellas personas con alteraciones del sistema inmune.
El cáncer produce un crecimiento descontrolado de los vasos sanguíneos que puede afectar a cualquier localización. Debido a esto, le da un color característico rojo-violáceo.
En un tumor de crecimiento lento, localizado, generalmente indoloro, que afecta sobre todo a las piernas. En ocasiones puede tener un crecimiento rápido y diseminado produciendo una mayor mortalidad.
Los factores de riesgos son individuos con alteraciones del sistema inmunológico: (VIH, pacientes oncológicos, medicamentos inmunosupresores…). Se ha visto que el tabaquismo tiene efecto protector en la enfermedad.
Tras la epidemia del VIH-SIDA en los años 90, han aumentado mucho los casos de sarcoma de Kaposi.
Es un tipo de cáncer que está presente en todo el mundo, predominando sobre todo en la Cuenca Mediterránea, Europa Central y Europa del Este.
Es más frecuente en hombres que en mujeres y suele presentarse alrededor de los 60-70 años de edad.
En función del órgano afectado podremos tener diferentes síntomas, pero el principal órgano afectado es la piel.
El desarrollo del sarcoma hasta que provoca síntomas puede durar meses o incluso años.
Piel (la localización principal son los miembros inferiores)
Sistema digestivo (generalmente no da síntomas)
Boca (por orden, el lugar de mayor afectación es el paladar y luego la encía)
Aparato respiratorio
La sospecha diagnóstica es siempre mediante la clínica de aparición de lesiones características rojo-violáceas, oscuras y sobre todo en la piel de los miembros inferiores.
Para la confirmación del diagnóstico podemos recurrir a las siguientes pruebas:
No existe un tratamiento “curativo” dado que no se puede erradicar el virus herpes humano tipo 8 del organismo.
El tratamiento va dirigido a las lesiones que vaya apareciendo. Los tratamientos puedes ser locales (pocas lesiones y muy localizadas) o sistémicos (cuando son grandes o generalizadas).
Tratamientos locales
Tratamiento sistémico
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