¿Qué es el vitíligo?
El vitiligo es una enfermedad autoinmune que se presenta como manchas blancas en la piel, por ausencia de melanina, el pigmento que da color a la piel. Aparece en ambas partes del cuerpo de forma simétrica o en espejo.
Es una enfermedad benigna que solamente afecta a la piel, aunque debido al aspecto antiestético que provoca puede llegar a causar problemas psicológicos a quien la padece.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
El vitíligo se produce por una destrucción de los melanocitos (células que almacenan melatonina) de la piel y las mucosas. La melanina es la proteína que determina el color de la piel, los ojos y el pelo producida por unas células llamadas melanocitos. Si estas células se dañan no se produce la melanina necesaria y la piel permanece blanca.
Es una enfermedad hereditaria que se hereda de forma autosómica dominante por lo que basta con heredar los genes alterados del padre o de la madre para poder padecer la enfermedad.
Aparece con mayor frecuencia si existen otras enfermedades asociadas:
- Del tiroides (hipotiroidismo e hipertiroidismo)
- Enfermedad de Adison
- Anemia megaloblástica
- Alopecia areata
- Diabetes
¿Por qué desaparecen los melanocitos?
Las principales teorías sobre las causas de la desaparición de los melanocitos son:
- Función anormal de las células nerviosas, con producción de toxinas que dañan estas células.
- Destrucción por el sistema inmunitario, por alteración en su reconocimiento.
- Autodestrucción de los melanocitos al formar melanina.
- Alteraciones congénitas con melanocitos débiles.
¿Qué incidencia tiene la enfermedad?
El vitíligo afecta a 2 de cada 100 personas, la mitad de ellas con síntomas antes de los 20 años. En 1 caso de cada 5 aparece un familiar directo con el mismo problema.
No existe un predominio racial ni de edad claro, aunque es frecuente en el adulto joven.
¿Qué síntomas presenta la enfermedad?
Se manifiesta en forma de aparición de manchas acrómicas (blancas) de diferentes tamaños y formas, que pueden estar aisladas o llegar a confluir entre sí. Están bien delimitadas, y son de superficie lisa. Aunque hay formas muy localizadas, la mayor parte son diseminadas.
Suele afectar más a ciertas áreas de la piel como las manos, los brazos, los pies, la cara, los labios o el pene y es progresiva con el tiempo.
Las manchas son de evolución impredecible, algunas se repigmentan espontáneamente y otras en cambio son persistentes y rebeldes a todo tratamiento.
El pelo del cabello, cejas y pestañas puede llegar a despigmentarse si existen manchas confluyentes con ellos.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico no ofrece problema, ya que es evidente, aunque debe hacerse un diagnóstico diferencial con otras enfermedades que cursan con despigmentación como:
- Mal del pinto, enfermedad muy frecuente en países tropicales de América (es una enfermedad infecciosa producida por una treponema similar al de la sífilis)
- Albinismo
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
No existe actualmente un tratamiento efectivo al 100 % y dependerá de las circunstancias de cada paciente.
Si las manchas son pocas, pequeñas y estables, la tendencia es a no tratarlos, pero siempre con la salvedad de proteger las manchas del sol, ya que al no tener melanocitos, esas áreas pueden quemarse con gran facilidad. En este tipo de pacientes, los tratamientos con cremas cosméticas pueden ser suficientes.
Si por cantidad y extensión de las manchas, por su efecto antiestético u por otras razones se decide tratarlas, hay múltiples métodos para hacerlo, pero ninguno ha demostrado una efectividad al 100%.
- Corticoides locales: Se pueden utilizar corticoides locales en áreas pequeñas, pero a la larga producirán adelgazamiento de la piel y la posibilidad de que aparezcan estrías. No deben usarse en lesiones en la cara. Además, su efecto suele ser solo temporal.
- Psoralenos y exposición a rayos UVA: Se pueden utilizar medicamentos que hacen más sensible la piel a la luz, y posteriormente se aplica rayos UVA para intentar estimular la producción de los melanocitos que queden en la lesión. Pueden utilizarse los psoralenos por vía oral o utilizarlos tópicamente (en la piel). La toma y exposición a los rayos UVA debe ser gradual y absolutamente controlada, para evitar quemaduras. También aumenta la sensibilidad de los ojos a los rayos UVA, por lo que aumenta el riesgo de cataratas, y el paciente debe ir con gafas solares de protección. Este tratamiento suele conseguir buenos resultados en cara, tronco y extremidades, pero peores en manos y pies. Se ha especulado con que aumenta el riesgo de cáncer de piel, pero si se hace de forma controlada, no parece ser así. No se puede utilizar en niños menores de 12 años ni en embarazadas.
- Injertos de piel: Algunos centros están empezando a tratar ciertas áreas con injertos de piel, pero está técnica realmente es agresiva y debe reservarse para casos muy específicos.
Un aspecto a no olvidar es la psicoterapia siempre que el cuadro esté afectando al comportamiento del individuo. En muchos casos requieren incluso tratamiento médico contra la ansiedad y la depresión.
¿Cuál es su evolución?
La evolución es impredecible de un enfermo a otro. Hay algunas manchas que se repigmentan espontáneamente, otras aumentan su extensión y, la mayor parte, quedan estables.
Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
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