La cervicitis es la inflamación del cérvix, también llamado cuello uterino, en muchas ocasiones a consecuencia de una infección.
El cérvix, cuello de útero o cuello uterino es la parte inferior del útero que lo conecta a éste con la vagina. La parte más cercana a la vagina, y visible por procedimientos como la colposcopia, se llama exocérvix y la parte del cuello más cercana al útero, se denomina endocérvix.
Si la cervicitis afecta al exocérvix se denomina exocervicitis y si afecta al endocérvix se llama endocervicitis.
La cervicitis puede extenderse y afectar al endometrio (mucosa que recubre el interior del útero) causando endometritis o a otros órganos del aparato reproductor causando enfermedad inflamatoria pélvica.
La cervicitis suele producirse generalmente en mujeres jóvenes y sexualmente activas. Por este motivo tiene una elevada incidencia en la adolescencia tardía, al iniciarse las relaciones sexuales, y en la edad adulta temprana.
La cervicitis puede cursar de forma repentina (aguda) en cuyo caso suele estar ocasionada por infecciones de microorganismos o puede presentarse como un trastorno de larga duración (crónico) cuya causa por lo general no es infecciosa.
Las infecciones que con mayor frecuencia producen cervicitis en su forma aguda incluyen infecciones de transmisión sexual como:
La infección del cuello uterino aumenta el riesgo de contagio del VIH.
Además de las causas infecciosas, existen otros trastornos que pueden causar cervicitis:
Entre los factores de riesgo que predisponen a su aparición se incluyen:
En muchas ocasiones no se aprecia ningún síntoma. En caso de que aparezcan los más frecuentes son:
Como ya se ha indicado, en ocasiones, la cervicitis puede ser crónica.
El método estándar para diagnosticar la cervicitis es a través de un examen pélvico y prueba de Papanicolaou.
Durante el examen pélvico, el médico observa las características del cuello uterino y posteriormente se toma muestra de las secreciones cervicales para observar las células y/o microorganismos presentes. También se usa tinción de Gram que permite ver microorganismos que el Papanicolau no permite.
Las cervicitis repetidas aumentan la posibilidad de sufrir un cáncer cervical o de cuello uterino. Por eso, a veces se requiere una biopsia para tomar una muestra de tejido del área afectada y descartar el cáncer de cuello uterino.
Según la OMS las pruebas de Papanicolau se deben iniciar a los 21 años de edad para las mujeres, incluyendo a las que no son sexualmente activas y repetirse cada 3 años. Si existen síntomas compatibles con cervicitis o ETS, la prueba de Papanicolau se puede realizar a edades más tempranas.
La primera medida para el tratamiento de la cervicitis suele ser la administración de antibióticos (que dependerá del tipo de microorganismo causante).
Los más utilizados son ceftriaxona, doxiciclina, y azitromicina. Deben ser recetados bajo supervisión médica según el tipo de cervicitis.
Si estos medicamentos no muestran eficacia se pueden realizar los siguientes procedimientos:
Las mujeres deben abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que la infección remita en ellas y en sus parejas.
Una vez completado el tratamiento se deben realizar de nuevo las pruebas al de 3 o 6 meses para comprobar que se ha controlado la infección.
La cervicitis generalmente se cura al completar la terapia con medicamentos. Sin embargo, en los casos más graves los síntomas pueden alargarse algunos meses, incluso después de que se completa la terapia.
Si la cervicitis fue causada por una enfermedad de transmisión sexual, ambos miembros de la pareja deben ser tratadas con medicamentos.
Ver más
Ver más