La amenaza de aborto es la presencia de metrorragias o contracciones uterinas en una mujer embarazada. En esta situación se debe visualizar el cuello uterino y comprobar que está cerrado, a la mujer se le recomendará reposo en cama y abstención de esfuerzos físicos. Se debe solicitar una Beta-HCG y una ecografía obstétrica para descartar otras patologías (embarazo ectópico, mola…) También nos permite evaluar la viabilidad ovular. En cualquier caso el embarazo pasa a ser de alto riesgo obstétrico. Si la metrorragia fuera muy importante, si existieran restos placentarios o el cuello estuviera abierto, estaríamos en presencia de un aborto en curso y la derivación al hospital se debe realizar de manera urgente.
Al desprendimiento prematuro de la plancenta se le denomina también abruptio placentae y se entiende por tal aquella placenta que después de las 22 semanas de gestación y antes del tercer trimestre se desprende de su implantación normal. Los síntomas habituales son el sangrado vaginal y las contracciones uterinas dolorosas. En esta situación se remitirá a la paciente a un hospital con el fin de confirmar el diagnóstico, valorar el grado de desprendimiento y hacer el diagnostico diferencial con la placenta previa que puede cursar con los mismos síntomas.
Se considera prolongado aquel embarazo que dura mas de 42 semanas. Su presencia real ocurre en el 1-2% de todos los embarazos, la mayoría de los posibles embarazos prolongados son debidos a errores en la fecha de la última regla. Si no existe una ecografía precoz que nos permita asegurar el tiempo real de gestación, se le remitirá a un nivel secundario para estudios complementarios (amnioscopia, amniocentesis, test de oxitocina, etc.) que nos permitan conocer el grado de madurez fetal y decidir entre continuar la gestación o provocar el parto.
Fisiológicamente en las últimas semanas de gestación desciende la cantidad de líquido amniótico. En la práctica clínica habitual y en ausencia de síntomas y signos clínicos que nos lo hagan sospechar (dolor inducido con los movimientos fetales o a la palpación, tamaño uterino inferior a lo esperado, etc.), vendrá determinado por la ecografía, y si es de pocas semanas de evolución y al final de la gestación, en ausencia de otros datos, puede indicar post-madurez fetal.
Se denomina parto prematuro a la presencia de contracciones uterinas al menos cada 10 minutos antes de la 37 semana de gestación. Las gestantes en riesgo de parto pretérmino deben de ser incluidas en un programa específico y derivadas a un nivel especializado.
Polihidramnios: Es la presencia de liquido amniótico en cantidad superior a 2000 ml. Habitualmente es indicativo de patología fetal o embarazo gemelar. Se puede sospechar ante un tamaño uterino superior a lo esperado, dificultad para palpar el feto o tonos cardiacos alejados. La confirmación la obtenemos por la ecografía y siempre se remitirá a un centro especializado para su estudio.
Placenta previa: Se sospecha esta patología ante la presencia de una hemorragia en el tercer trimestre de gestación. Consiste en la implantación de la placenta en el segmento inferior pudiendo ser marginal, parcial o total. Las gestantes con sangrados en el tercer trimestre han de ser ingresadas en un hospital para estudio.
La FDA clasifica los antibióticos en función del riesgo como B, es decir sin evidencia de riesgo fetal en humanos y que los estudios en animales no han demostrado riesgo teratógeno fetal.
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