La hepatitis C es una enfermedad infecciosa producida por el virus de la hepatitis C originando una inflamación aguda o crónica del hígado.
Es una infección producida por un virus del tipo RNA (existiendo 7 subtipos).
Las vías de contagio más habituales son:
La prevalencia de la hepatitis C aguda no es del todo conocida ya que en muchas personas cursan de manera asintomática. Entre un 15 y un 40 % de las personas eliminan el virus por sí mismos.
Tras una infección aguda, un 50-80% de los casos se puede cronificar originando al cabo de unos 20 años una cirrosis hepática (10-15% de los casos crónicos) o incluso un hepatocarcinoma hepatocelular (2-4%).
La prevalencia de la hepatitis crónica es de 2% a nivel mundial predominando fundamentalmente en África y Oriente Medio y encontrándose principalmente en colectivos marginales y desfavorecidos.
Hepatitis C aguda
La mayoría cursan de manera asintomática.
Tras la exposición de riesgo existe un periodo de incubación de 8-12 semanas en el que pueden presentar las siguientes manifestaciones:
Hepatitis C crónica
Las manifestaciones de la hepatitis C crónica son tanto hepáticas como extrahepáticas derivadas de la cirrosis tras muchos años de evolución.
Extrahepáticas:
Hepatitis C aguda
Hepatitis C crónica
Es aconsejable que los pacientes infectado por el virus de la hepatitis C sean evaluados en unidades especialidades de hepatología, digestivo o enfermedades infecciosas.
Hepatitis C aguda
El objetivo fundamental es evitar que la hepatitis C se vuelva crónica.
En el caso de pacientes únicamente infectados con VHC el tratamiento de elección es el interferón alfa durante unas 24 semanas, obteniendo un éxito en la respuesta del 90-98%. Si existiera la persistencia del virus, se podría ampliar el tratamiento 48 semanas más.
En caso de personas coinfectadas por el VIH, se aconseja el tratamiento combinado con interferón alfa y ribavirina durante 24 semanas. Si existiera la persistencia del virus, se podría ampliar el tratamiento 48 semanas más.
Hepatitis C crónica
El tratamiento de la hepatitis C crónica ha experimentado importantes avances en los últimos años con la aparición de nuevos tratamientos con una tasa de curación del 95-99%.
Existen 7 genotipos y no todos son susceptibles de recibir dicho tratamiento. En función del genotipo existe un tratamiento diferente.
Los medicamentos más empleados son:
Se considera que el tratamiento ha sido efectivo cuando no se detecta el virus en sangre tras las 12 y 24 semanas posteriores a la finalización del mismo.
Trasplante de hígado:
Serían candidatos a un trasplante hepático aquellas personas con insuficiencia hepática o que presentan un hepatocarcinoma operable.
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