Se llama síndrome premenstrual a la serie de alteraciones físicas y del estado de ánimo que presentan algunas mujeres y que se relacionan claramente con el periodo menstrual.
Los síntomas mentales y físicos aparecen unos días antes de la regla y desaparecen poco antes de que esta se presente o en el momento mismo del sangrado.
Se calcula que hasta el 80% de mujeres lo presentan alguna vez con diferentes efectos en su vida normal.
La importancia del diagnóstico correcto y oportuno del síndrome de tensión premenstrual radica en la detección de su versión más grave: el trastorno disfórico premenstrual.
El trastorno disfórico premenstrual se presenta solo en 3 a 8% de las mujeres, pero altera de manera muy importante la calidad de vida.
Los síntomas del síndrome premenstrual se pueden presentar en mayor o menor medida desde la primera menstruación en la pubertad (menarquia), pero son más frecuentes en la edad fértil (entre los 25 y 40 años).
También suelen intensificarse después de los partos y luego de suspender los anticonceptivos hormonales.
Más de 150 síntomas se han podido recoger asociados con el síndrome premenstrual los que agrupamos en cinco categorías básicas:
Otros síntomas incluyen: aumento o disminución del apetito sexual, vértigo, acné, cambios intestinales como diarrea o estreñimiento y mayor susceptibilidad a contagiarse de infecciones leves como los resfriados.
Los síntomas clásicos del síndrome premenstrual empiezan siete a diez días previos a la menstruación, se agudizan dos días antes de que se inicie el período, disminuyendo en el último día premenstrual o en el primer día de la menstruación.
Aunque los síntomas pueden variar, su tiempo de aparición será muy semejante en todos los ciclos.
No existen estudios clínicos para documentar el síndrome premenstrual, su diagnóstico se hace verificando los síntomas cíclicos en un calendario menstrual.
Se recomienda tomar nota de los días y los cambios que se vayan presentando durante por lo menos tres ciclos menstruales y evaluarlos con el médico.
Si las molestias se relacionan claramente con la menstruación se hace el diagnóstico de síndrome premenstrual.
Si los síntomas están afectando mucho a la mujer en sus relaciones familiares o en su trabajo, debe evaluarse la situación con un especialista en psiquiatría para diagnosticar el trastorno disfórico premenstrual.
Si los síntomas no están claramente relacionados con el periodo menstrual, también se debe tener una valoración en conjunto con el psiquiatra porque puede tratarse de un trastorno de depresión o ansiedad.
Puede ser también necesario buscar otra enfermedad física que produzca síntomas similares como el colon irritable, el síndrome de fatiga crónica o las alteraciones de la tiroides.
No es fácil tratar el síndrome de tensión premenstrual porque su causa no es clara y, por lo tanto, no hay un tratamiento curativo.
Además, las pacientes tienden a desanimarse ya que no hay unanimidad y el ginecólogo puede optar por ciertos medicamentos, el médico de atención primaria por algo diferente, mientras que el psiquiatra receta antidepresivos en casos muy puntuales.
Algunas terapias exitosas incluyen diuréticos (medicamentos para eliminar el exceso de líquidos), los inhibidores de la síntesis de prostaglandinas (Antiinflamatorios no esteroides o AINEs / anti COX2) para evitar la dismenorrea (dolor pélvico intenso) y anticonceptivos orales.
Las dietas bajas en sal pueden ser útiles para para reducir la hinchazón y las dietas equilibradas con bajo azúcar procesado y aumento de frutas, verduras, frutos secos y pescados sirven para evitar la hipoglucemia y el estrés.
La asociación de ejercicio físico regular y técnicas de disminución del estrés emocional ayudan a muchas mujeres.
Disminuir el consumo de productos con cafeína, dejar de fumar, evitar los alimentos ultraprocesados y aprender más sobre el síndrome de tensión premenstrual (en talleres, conferencias o libros, por ejemplo) ha demostrado disminuir los síntomas emocionales en muchas mujeres.
No se ha mostrado que los suplementos vitamínicos mejoren los síntomas del síndrome premenstrual.
Los síntomas suelen mejorar con los medicamentos, pero pueden reaparecer en cualquier momento luego de suspenderlos.
En el caso del trastorno disfórico premenstrual el seguimiento debe ser continuo con el psiquiatra, en especial por el riesgo de empeoramiento de los síntomas depresivos.
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