La colestasis se define como la alteración (parcial o total) del flujo biliar hacia el duodeno.
La bilis es un líquido amarillo y amargo producido en el hígado. Se almacena en la vesícula biliar y posteriormente es liberado al intestino (al duodeno) para ayudar en el proceso de la digestión de los alimentos.
Cuando existe colestasis se produce una dificultad para la llegada de la bilis al duodeno por alteración de la síntesis en el hígado (colestasis intrahepática) o por algún proceso obstructivo (colestasis extrahepática).
La manifestación analítica más habitual de la colestasis es una elevación de la bilirrubina directa o conjugada.
La colestasis se puede clasificar en función de la causa en:
Numerosos medicamentos pueden causar colestasis como efecto secundario como la clorpromazina, la fenilbutzona, los anticonceptivos orales o los antidepresivos (amitriptilina, imipramina).
Entre las causas comentadas anteriormente se encuentra la colestasis del embarazo que se produce durante el segundo y tercer trimestre (colestasis intrahepática benigna del embarazo) debido a una mayor sensibilidad de los conductos biliares a los estrógenos.
Los síntomas más habituales que se presentan en la colestasis son:
Además de la historia clínica y la exploración física, se requiere de pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico.
La colestasis se caracteriza por un aumento de la bilirrubina directa o conjugada en la sangre.
La bilirrubina es un pigmento biliar de color amarillento que se considera un producto de desecho. La mayor parte se produce por degeneración de los glóbulos rojos, en concreto de la hemoglobina que contienen.
La bilirrubina producto de la degradación de los glóbulos rojos, se conoce como bilirrubina indirecta o no conjugada. Posteriormente, parte de ella pasa por el hígado y se une a un ácido glucurónico para convertirse en bilirrubina directa o conjugada.
En caso de colestasis se produce un aumento de la bilirrubina total por aumento de la bilirrubina directa o conjugada.
Además, es útil para el diagnóstico realizar las siguientes pruebas diagnósticas:
El tratamiento de la colestasis va dirigido a tratar la causa subyacente.
Si la causa es extrahepática y crónica, pero se puede remediar quirúrgicamente, es importante proceder a la cirugía con rapidez para evitar un fallo hepático secundario. Sin embargo, si la causa es intrahepática, la cirugía está contraindicada por la posibilidad de causar insuficiencia hepática y renal.
Para el tratamiento del prurito (picor), se recomienda el uso de jabones suaves e hidratación cutánea.
Pueden resultar adecuados ciertos medicamentos como la colestiramina, los antihistamínicos y el ácido ursodesoxicolico.
La colestasis pueden ocasionar las siguientes complicaciones si no se trata adecuadamente:
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