
¿Qué es el síndrome metabólico?
El síndrome metabólico es un cuadro que aparece en los adultos con elevación del azúcar en la sangre, elevación del colesterol y triglicéridos y aparición de placas de ateroma con un aumento del riesgo de la arteriopatía coronaria y de los accidentes cerebrovasculares.
También se le denomina como síndrome de resistencia a la insulina.
¿Cuál es la causa que lo provoca?
El síndrome metabólico o de resistencia a la insulina suele ir aparejado al sobrepeso a nivel sobre todo del abdomen y la aparición de elevación del azúcar en la sangre.
El aumento de azúcar se debe a la falta de eficacia de la insulina propia para bajarla por la falta de respuesta de las células del cuerpo para absorber el azúcar. El azúcar elevado produce un sobre estímulo para formar más insulina y tanto el azúcar como la insulina se encuentran elevados en la sangre.
Cuando esto ocurre y los niveles de insulina y de azúcar en la sangre se elevan, se daña la función renal. En este mismo contexto también se eleva el nivel de las grasas en la sangre, como los triglicéridos y colesterol.
Esta enfermedad se suele describir en adultos mayores con predisposición genética a la diabetes tipo II y el sedentarismo.
Además, existen condiciones especiales que favorecen la aparición del síndrome metabólico como:
- Hígado graso no alcohólico.
- Elevación del ácido úrico en sangre o gota.
- Síndrome de ovario poliquístico.
- Apnea obstructiva del sueño.
¿Cuáles son las posibles complicaciones del síndrome metabólico?
Las personas con síndrome metabólico pueden desarrollar enfermedades graves como:
- Diabetes mellitus tipo 2
- Enfermedad coronaria
- Accidente cerebrovascular
- Insuficiencia cardiaca
- Disfunción eréctil (impotencia sexual)
- Disminución de las defensas naturales del cuerpo, lo cual favorece las infecciones
- Daños en el hígado, los riñones y el páncreas
- Cálculos biliares
- Complicaciones en el embarazo como preeclampsia, eclampsia y diabetes gestacional
- Alteraciones del pensamiento y la memoria como las demencias
- Cánceres asociados con la obesidad
¿Cuáles son los síntomas del síndrome metabólico?
Los síntomas del síndrome metabólico son diferentes en cada persona dependiendo de la alteración que predomine.
Por ejemplo, en caso de que la enfermedad predominante sea la elevación del azúcar en la sangre podría presentarse mucha sed, mucha hambre, orina frecuente y mareos.
Si predominan las alteraciones en el colesterol y triglicéridos podría no producirse ningún síntoma.
Lo mismo ocurre con los aumentos de la presión arterial que, al principio no producen síntomas, pero luego pueden generar problemas más serios como dolor de cabeza o dolor en el pecho indicativos de posibles complicaciones.
Por todo esto, no se debe esperar a tener alguna sensación anormal en el cuerpo para ir al médico a vigilar el peso, la presión arterial y realizar exámenes de laboratorio preventivos.
¿Cómo se puede detectar?
El síndrome metabólico se diagnostica si se presentan tres o más de las siguientes alteraciones en la salud:
- Aumento de la medida del perímetro de la cintura también conocido como obesidad abdominal. Esta medición cambia en cada país, pero en general, en Europa se considera anormal el perímetro de la cintura mayor de 94 cm en hombres y de 80 cm en mujeres.
- Elevación del azúcar (glucosa) en la sangre: Más de 100 mg/dL.
- Aumento de la presión arterial: Presión sistólica mayor de 130 mm Hg y presión diastólica mayor de 85 mm Hg.
- Triglicéridos altos: Más de 150 mg/dL.
- Colesterol HDL ("bueno") bajo: Menos de 40 mg/dL.
Si solo se presentan una o dos de estas alteraciones, también se debe intervenir para normalizarlas porque de todas formas aumentan el riesgo de sufrir de enfermedades graves en el futuro.
¿Cuál es el tratamiento adecuado?
El tratamiento del síndrome metabólico es importante para reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus.
Si ya existen estas enfermedades, el objetivo del tratamiento es disminuir al máximo el riesgo de padecer de complicaciones graves que terminen en la muerte prematura de la persona como infartos de corazón e ictus, por ejemplo.
El tratamiento combina diferentes estrategias para abordar el trastorno:
- Dieta: Se debe disminuir la ingesta de grasas saturadas, limitar el consumo de hidratos de carbono y elevar el consumo de fibra.
- Pérdida de peso: Una pérdida del 10% de peso con una dieta mediterránea con mayor contenido en fibra y aceites omega 3 mejora considerablemente la resistencia a la insulina.
- Actividad física, ejercicio y deporte: Se debe realizar al menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada todos o casi todos los días de la semana.
- Dejar de fumar.
Cuando no se alcanzan los objetivos previstos con el tratamiento no farmacológico se pueden utilizar medicamentos:
- Estatinas o fibratos para tratar el colesterol y los triglicéridos elevados.
- Medicamentos antihipertensivos para la tensión arterial elevada.
- Orlistat para la obesidad.
- Metformina u otros antidiabéticos para la diabetes.




Dr. José Antonio Zumalacárregui
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco.
Autor originalDra. Yolanda Patricia Gómez González
Especialista en Medicina general y licenciada en medicina por la universidad nacional de Colombia.
Revisor clínico